18/3/10

Cadáveres exquisitos pero envenenados

Iniciaremos el ciclo 2010 de No Todo es Ficción con una selección de nuestros primeros cadáveres de este año. Varían los participantes: en general, somos las chicas del fondo, pero en uno se halla también presente Juampi con una intervención tan realista que resultó bizarra en el contexto surrealista.

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No debemos olvidarnos tampoco de mencionar a otro personaje presente, aunque callado (su silencio no es producto de censura, sino cargado de gran polisemia): Winnie Pooh.

En la primera imagen, fue consigna libre en cuanto a temática, pero con una restricción a nivel lingüístico: sólo cuatro palabras.
La segunda imagen manifiesta el fenómeno de la pregunta/respuesta, en un diálogo bastante chejoviano, si se nos permite la intertextualidad.
Finalmente, la tercera, posee como condición básica la anáfora "quise".


¡Bienvenidos a otro año de histeriadoras!

25/9/09

El turro Cabré

El turro Cabre o [kábRe]

(Interjección: ¡No! esto es barroco, no, neoclásico, no, es vanguardia. NO, ¡es inclasificable!)

Érase[1] un hombre a una turrez pegado,

Érase una turrez superaltiva.

Era tan pero tan turro que se empezaba a caer en una esquina

Y se caía en la otra.

Era “alto” turro, y su mujer Lat-Urrá[2]

Era tan turra -tan tan tan turra- que se volvió indefectiblemente turra-Tang. *(¿Porqué las monjas usan anteojos? Porque no ven un pito.)

Su turrez la impulsaba a hace el mal a los ojos del Turrón.

Al cabo de los años llegaron los turroncitos, un 24 de diciembre y los amamantaron con –en lugar de leche- turrón, los aturronaron.

Aprendieron a leer con Ga-turro el nombre del turrón con el que los aturraban. Torraban todo el día.

Pero entonces, Jul-Y-Aná destronizó con Michel[3], y así la dinastía turronesca[4] se vio desturrunizada por el linaje mantecólico[5]

Y así habló el profeta Zaratustra:

“¿No seguiréis el camino del turroncito?”

Pero no escuchó al profeta, e hizo lo malo a los ojos del Mantecol. Y entonces mandó a despaquetar 400 turrones con el filo de su espada. Presentó las cabezas[6] a Mantecol.

Entonces llegó Magnus Davidae y dijo:

“Entregadme los turrones, divididlos en 12, y no les daré ninguno. Los deglutiré todos yo solo.”

Y vio que esto era bueno a los ojos de la ley de Lat-Urrá. Y el Mantecol llamó a Lat-Urrá para que le calentara el lecho.

Y Magnus Davidae dijo a Lat-Urrá: “Mi hambre es insaciable, yo te daré el turroncito; mas tú tendrás por morada mi infernoso estómago.”

Y Magnus Davidae reinó por 938 años y 5 meses hasta que el Diluvio Turrencial –que duró 38 días- purificó el Riachuelo.



[1] Manierismo: aquí los autores recurren a las formas arcaicas. Cfr. Quevedo, 114 en Poemas escogidos

[2] Leerse con acento arabesco [Lát-urá]

[3] cfr. Michel Foucault, Cómo destronizar turrones en 10 días, Ed. Siglo XXI

[4] léase como oriundos de turrón (caso genitivo)

[5] entiéndase que los autores se refieren al ex-monopolio de la venta de turrones en los trenes de Buenos Aires desplazados en los últimos días por el mantecol

[6] 1. Lease como la parte superior de la barra de Turrón // 2. Léase como figura retórica, cfr. Kovacci, El turro comentario

11/8/09

Perspectivismos

Entré en la sala, y el panorama era confuso; tanto bullicio me desorientó y me llevó un par de minutos localizarte. ¿Para qué?

Acudí a tu llamado, creo que por pura curiosidad. A esas horas de la noche me extrañó que me convoques. No obstante me presenté ante tu puerta, y el escenario todavía me provoca no más perturbación que gracia.

Obviamente tuve que usar mi hebilla para ingresar en tu domicilio; instantes más tarde iba a darme cuenta de que estabas bastante ocupada… Como venía diciendo, ostenté mis habilidades de cerrajería aprendidas en los dibujos animados y me abrí paso, rumbo a tu encuentro.

Dilucidé cuál era el camino de llegada a la sala (admitamos que tu casa tiene un diseño complicado para atravesar en esas circunstancias en que uno no sabe bien a dónde se dirige, o por lo menos no con claridad) y llegué después de errar varios intentos.

La primera imagen fue ver a Ingrid y a tu hermano, atados de manos y pies, sentados sobre el sillón. Naturalmente, en ese momento nada me llamaba la atención. “Deben de estar jugando”. La situación cambió completamente cuando enfoqué mi mirada hacia la escalera caracol, más precisamente hacia la barra que se localiza en la mitad. Ahí estabas, con tu piyama rosa que te acompañó durante la infancia y que, claro te quedaba un tanto ceñido –como a la altura de las rodillas, pero jamás se junta valor suficiente para deshacerse de él-. Recuerdo también que esa sí era una noche fría, entonces lucías unas polainas negras, con tu última adquisición: esas pantuflas naranja flúor que intentan ser la imitación de las patas de un animal. Balanceándote de una forma excesivamente desinteresada, mas teniendo en cuenta la altura sobre la que pendías, gritabas y me pedías leche con copos de cereal y azúcar. Extraño antojo, pero cómo decirte que no si tus nervios amenazaban con hacerte cosquillas en las manos y dejarte caer.

Fui hasta la cocina, preparé tu pedido. Pero me interrumpieron tus papás tocando el timbre; qué inoportunos… Abrí la puerta, y olvidándome por completo de tu situación comprometedora, lo mismo fui y seguí con mi tarea.

Ya en el living, con tu amiga y tu hermano desatados, todos trataron de persuadirte y hacerte bajar. No sé en qué pensaron cuando me sugirieron ir a negociar con vos; no obstante obedecí y subí a tratar de ayudarte. Debo confesar que visto desde arriba era menos traumático –todo visto a bordo es más llevadero- y tomé la decisión de acompañarte. Solo faltaba una cosa más, otra taza de cereal para mí.


~ Autora: Juliana

16/7/09

Instancia final: ¿para quién?

Según Mandrioni, un buen filósofo o pensador debe estar comprometido con su época; ser un visionario, quizás, por expresar las ideas universales de la humanidad en tanto puede adelantarse a los hechos o evocar situaciones, pero debe vivir un presente y aportarle soluciones.

Bajo esta propuesta de nuestro Santo ejemplar, idearemos una revolución para destronar los poderes burocráticos de nuestra facultad e instaurar el sentido común para la oferta de igualdad y presencia de oportunidades a la hora de rendir los finales correspondientes al primer cuatrimestre 2009.

Para este propósito, fruto del análisis del bien común que nos caracteriza, hemos primero listar las armas que disponemos para nuestro letal ataque:

1. Trampolines de Tauben

2. Dragones lanzallamas

3. Rayadores de queso

4. Cosquillas (entiéndase: manos que hacen…)

5. Bolitas de Vernino

6. Pincitas de depilación

7. Lectura obligatoria de Jesús Pena

8. Credenciales

Como hemos expuesto anteriormente en los “Sistemas de Evaluación del Profesor Taubenschlag” (véase link), el profesor ha instaurado en la rivera del río hacia el dique unos trampolines para bochar a sus alumnos. Dada la carencia de alumnos que bochar (evidentemente), los trampolines están a nuestra disposición subversiva. Nos apoderaremos de ellos y así nos desharemos de los primeros soldados que combatamos, es decir, la linda muchacha de mesa de entrada que nos trata como niños de 5 años cuando le hacemos una pregunta.

Eliminada la resistencia en la trinchera, ingresamos a la administración propiamente dicha. Ah, el sabor del terror. Belén gentilmente ha viajado con sus dos dragoncitos hasta la facultad. El problema es que son cachorritos, entonces, no controlan muy bien su fuego. Así, papeles y cabellos se queman por aquí y por allá. Pero no podemos culpar a dos pobres criaturas místicas, ¿no?

Luego de eso, con nuestros rayadores de queso traídos de casa (somos así de domésticos y rústicos), rayamos sus narices hasta que confiesen las razones ocultas detrás de toda la burocracia. ¡Eso es! ¡Quieren que abandonemos la carrera, porque Letras abre la cabeza y la política actual es No Pensar!

Pero si los rayadores de queso no son suficientes, podemos recurrir a las cosquillas como plan B. Si eso aún no funciona, las pincitas de depilación serán ciertamente eficaces, sobre todo considerando el pequeño vello que se acumula en la nariz. En cualquier caso, aún si ya hemos cumplido con la misión de la tortura, es bueno implementarlo para que entiendan la dimensión de nuestra furia y nuestro terrorismo.

Las bolitas de Vernino es una lectura complementaria de nuestro blog que aún no poseemos para ofrecerles. Pero, resumiremos el objetivo e intensidad del arma: la profesora utilizó las comúnmente denominadas bolitas o canicas para derribar a la profesora García Jurado y matarla para apoderarse de la titularidad de la cátedra. Su plan fracasó, aunque tuvo consecuencias inmediatas que la beneficiaron.

Utilizaremos esas mismas bolitas asesinas contra aquellos que reúnan el valor para resistir a nuestra revolución e incluso pretendan atacarnos o hacernos replegar. Así serán derribadas hasta las más altas jerarquías. Para mantenerlos en el piso a nuestros pies, emplearemos la lectura del material obligatorio de Jesús Pena. De esta manera, todo coraje será apagado.

Cuando nuestra revolución esté prácticamente consumada, por una confusión técnica, pasaremos nuestras credenciales universitarias por la juntura de sus dedos múltiples veces, ya que creeremos que son las ranuras de las terminales de autoconsulta.

Para disipar toda prueba o sangre, finalmente Ivana intervendrá con su poder de fusión de realidades alternativas. Bajo tales circunstancias, todo el personal administrativo desaparecerá de nuestro mundo misteriosamente, sin dejar rastro… salvo una nota muy simpática que indique a las autoridades de la Universidad que los alumnos de primer año de Letras pueden proseguir a tener sus mesas especiales de agosto con suspensión de las dos primeras semanas de clase.

Claro, si las autoridades de la universidad no ceden, no tendremos problema en volver a tomar armas… es decir, cartas, en el asunto.

The first duty of a revolutionary is to get away with it.” - Abbie Hoffman

(traducción rústica: “el primer deber de un revolucionario es lograr escapar luego”)


Un pequeño relato lúdico de una revolución improbable. Es la única manera de canalizar nuestra frustración e impotencia, y a la vez, escapar de las represalias.

Aunque quién sabe lo que pueda suceder este 3 de agosto…

Próximamente…

23/5/09

De garabatos artísticos


Un premio a quien logre descifrar el contenido de este apunte de Juliana.
La importancia de la caligrafía.... cuando no hay luces que guíen la pluma ni atención que permita retener el conocimiento el tiempo suficiente como para plasmarlo en la hoja.

(Arqueólogos están considerando la posibilidad de adoptar este modelo de apunte como ejemplo de jeroglífico posmoderno)

11/5/09

Sistema de Evaluación del Profesor Taubenschlag


Durante el trance producido por el estupor ante la inminente amenaza de fracaso en el parcialito de filosofía, comenzamos a divagar entre posibles alternativas para modificar el sistema de evaluación del Padre Carlos. Gracias a esto, creemos haber descubierto la causa de la misteriosa desaparición de numerosos alumnos dedicados a las áreas humanísticas de la Universidad.
Se preguntarán en qué consiste este método didáctico. Procederemos entonces a explicarlo.

El examen parcial se definiría lúdicamente en una especie de "mancha", es decir, el profesor corre a los alumnos por el pasillo del primer piso de la facultad; antes de tomar contacto con alguno de ellos, el Padre Carlos formulará una pregunta, otorgando 15 segundos reloj para plantear una respuesta. De ser correcta, lo eximirá. En caso contrario, lo hará recursar al grito de ¡bochado!
Bajo el evento fortuito de que el alumno intente impedir la pregunta, interponiendo algún obstáculo en la marcha del profesor para inducir su caída y ganar tiempo, será azotado con un borrador en la cabeza y posteriormente bochado.

Para aquellos que sobrevivan este filtro y alcancen la instancia del examen final, se enfrentarán a un nuevo desafío que pondrá en riesgo no sólo la continuación de la carrera, sino también su mismísima existencia.
Para facilitar su comprensión, le proponemos observar la figura nº1:

Figura nº1

El escenario del final se dispone de la siguiente manera: una tabla de madera se apoya perpendicularmente sobre la baranda de la rivera del río, sujeta para que permanezca horizontal. El alumno se sitúa sobre el extremo más alejado al río (considerado el occidente) en la tabla. El profesor realiza entonces las preguntas pertinentes al final.
En caso de un resultado favorable, el alumno puede descender de la tabla. Pero, de no ser satisfactorio su rendimiento, el docente saltará en el extremo oriental de la tabla (es decir, del lado del río), provocando así una acción física de despegue brusco del alumno en dirección al dichoso río y su posterior encuentro con el mismo.

Es posible que este método se inspire en ocurrencias del animé Pokemon, donde el denominado equipo Rocket solía terminar en cada episodio como una estrella en el infinito, derrotado por Ash y su clan.

También creemos firmemente que los alumnos inmersos en las profundidades del río sobreviven en una ciudad sumergida, llamada por los antiguos greco-romanos y que heredamos en la cultura judeo-cristiana "Atlantis", pero no contamos con pruebas evidentes de este fenómeno (lo proponemos como tesis de investigación para quien desea profundizar en esta polémica cuestión).

Tampoco podemos proseguir con nuestra investigación, porque hemos notado que macabras palomas silenciosas se han posado próximas a nosotras, escuchando con atención nuestras conjeturas para comunicárselas al Padre Carlos... Son sus fieles siervas.... ¡sus espías!

Así, la instancia del final se convierte en un trampolín espiritual de la parte al todo, un superar lo sensible hacia lo inteligible...
La Atlantis de los Bochados.

Pequeña acotación sobre las palomas espías:
Luego de esta hipótesis desarrollada por Belén, Ivana constató en su dimensión alternativa, donde su alterego es hablante fluido de alemán, que "Taube" significa paloma y que de hecho, "Taubenschlag" significa "el palomar", es decir, lugar donde se crían palomas, aunque la combinación de morfos literalmente significa "golpe de paloma/s".
Agradecemos el aporte hecho por nuestro especialista en alemán y ciencias físicas, Javier Cambiasso, que despejó estos significados turbulentos..